En primer lugar, les envío un cordial saludo a todos mis Queridos Hermanos aquí presentes, y les manifiesto mi alegría por este re-encuentro, en la primera reunión virtual sobre la Fundación Fermín Vale Amesti-Joël Pozarnik.

Es propicia la oportunidad para transmitirles a ustedes, básicamente, un mensaje de Esperanza, ante los momentos tan difíciles que está viviendo la humanidad. Indudablemente, que el mundo está recibiendo una gran lección. Hay varios puntos resaltantes en tal sentido, veamos entre otros, los siguientes:
Cuando se impone el confinamiento como una forma de romper con la cadena de contagio, simbólicamente para el Iniciado se plantea un repliegue hacia adentro, un volverse hacia sí mismo. Es la búsqueda de nuestro verdadero Ser en el santuario de nuestro Templo interior

Luego, con la unión mundial en oración, sin distingo de religión alguna, por el fin de la pandemia, se suplica por todos. En una época de excesiva incredulidad y materialismo, el hombre en colectivo está buscando a Dios y en lo personal, siente una gran necesidad de establecer una comunicación directa con la Divinidad, y casi sin proponérselo logra percibir que hay algo superior. Paralelamente, cuando muchos países están investigando y tratando de obtener vacunas para inmunizarnos contra el Covid 19, a pesar del individualismo, el hombre piensa como protegerlos a todos para protegerse a sí mismo. Esto por supuesto nos recuerda, que cuando como Iniciados buscamos el crecimiento de nuestro propio Ser también estamos trabajando por el bien de todos los demás, sin egoísmo alguno.
Ahora bien, como ustedes saben, la Esperanza siendo una virtud, lleva en sí, un enorme componente de amor, de amor hacia lo que se espera; y como energía espiritual se convierte en una potente fuerza, que se va desarrollando en la medida en la cual permanezca más activa, con su inmensa carga volitiva en la búsqueda del fin perseguido. Ella nos recuerda que por muy arduo y dificultoso que sean los obstáculos o dificultades que se deban afrontar, o el tiempo que se tenga que esperar, es preciso insistir en lo buscado. Por algo la Esperanza siempre ha sido llamada la Virtud del Tiempo.

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